jueves, 22 de abril de 2010

Los valores de la educación

Los valores de la educación geografía[1]

La educación de la geografía adquiere un valor absoluto, es decir, un valor inherente a la geografía como una disciplina intelectual, a demás de un valor relativo, en donde la geografía se relaciona con otras disciplinas. Para un mayor estudio, profundizaremos a cerca de estos dos tipos de valores, comenzando por:


*El valor relativo de la educación geográfica:


El aprendizaje depende del análisis de datos que pueden ser observados directamente en el campo de trabajo o de forma indirecta, por medio de mapas, fotografías, videos… por lo que la enseñanza de la geografía puede enraizarse en la realidad del entorno del estudiante. Su estudio puede encauzar diferentes técnicas, juegos, métodos, simulaciones…


La geografía puede hacer consciente a los alumnos de lo complejo de las causas y fenómenos, donde ellos pueden buscar las explicaciones e interaccionar con el ambiente. Descubren el resultado de los factores (políticos, históricos, sociológicos…) del hombre que han dejad huella en una sucesión de hechos en la naturaleza. Con esto el estudiante, se da cuenta de la complejidad del análisis espacial y aprende a descartar ideas que no son verídicas.


El aprendizaje de esta ciencia, ayuda a cada ser humano a comprender el hábitat y los entornos cercanos y lejanos. Por lo que es necesario brindarle experiencias al sujeto, donde se introduzca en el hábitat terrestre (su función, sus potencialidades y debilidades, la influencia del crecimiento de la población a nivel mundial...) con el estudio de la geografía motiva al alumno a investigar y a cuestionar el estado actual de las cosas.


Ayuda a la adquisición de conceptos de espacio y tiempo, donde se descubre que las situaciones evolucionan a través del tiempo, que implican duración y corriente. Que cada nación puede descubrir sus propias virtudes y soluciones para los problemas de organización de su espacio.


**Los valores inherentes a la georafia:


Se refiere a una evaluación de los resultados de la acción del hombre, ya que con su intervención en la naturaleza se expresa algunos valores que el hombre a desarrollado.
a) Valores económicos: llevan a la explotación de los recursos minerales, agrícolas, industriales hasta turísticos. Para un desarrollo económico. Las cuales traen como consecuencia la carencia de espacio verde en el planeta.
b) Valores sociales: limite de desigualdades espaciales.
c) Valores ecológicos: se refiere al equilibrio dinámico de la naturaleza y su aplicación donde interviene la acción del hombre.
d) Valores espaciales: para poder construir, se “consideran” las ventajas de cada localización, el impacto que puede ocasionar, consecuencias ambientales, costos.
Con el empleo del estudio de casos, ejercicios de simulación y juegos, los jóvenes se dan cuenta no solo de las dificultades de tomar una decisión y comienza al desarrollo de valores.


*Educación para una competencia mejor:


La sociedad es consiente en mayor o menor grado, de las realidades que suceden en su entorno, el cual se entiende como “la relación espacial dada e inmutable”. Por eso se considera que la educación de la geografía forma una conciencia espacial puesto en practica.


**Conclusión


Los fines y los valores anteriormente mencionados, y el poder formarnos una conciencia espacial no es fácil. Se necesita de un gran esfuerzo y constante estudio y análisis de los entornos, compromiso y tener un reflejo geográfico, es decir, percibir nuestro entorno, reconocer su complejidad y las partes que lo constituyes, entender al mundo a partir del propio conocimiento y de puntos de referencia previos, ser capaz de actuar en el espacio, poder localizarnos, orientarnos, leer paisajes y valorar las fuerzas que le han dado forma.
Con ayuda de estos reflejos, el hombre desarrollará una mayor conciencia de la responsabilidad que tiene ante la sociedad y su hábitat.





[1] Pinchemel, Philippe (1989), "Los valores de la educación geográfica", en Norman J. Graves (coord.), Nuevo método para la enseñanza de la geografía, Barcelona, Teide, pp. 17-21.

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